A los perros les suele gustar el agua. Eso lo sabemos todos. Y también sabemos que los gatos son más reacios a ella. O por lo menos corre ese mito. Pero parece que el gato de este señor rompe dichos mitos, ya que le encanta nadar en la piscina. Le gusta tanto el agua que su dueño le fabricó un traje de buzo al gato. Así que ahora tiene un gato submarinista, y la verdad es que no se desenvuelve mal el gatito.